Si piensas en congresos te vienen a la mente centenares de asistentes. Personas compartiendo experiencias, interactuación con todas ellas, obtención de conocimientos y consejos.
Prueba a imaginar una experiencia para conseguir los mismos beneficios, pero con la facilidad añadida de no tener que salir del domicilio: ya tienes una conferencia virtual. Fácil: entras en una web para ver y escuchar a los ponentes, en directo o pregrabados. Con indudables beneficios: la inversión es menor; una sola persona con experiencia es capaz de organizar una jornada virtual en menos tiempo; el evento se abre a más asistentes, networking virtual para todos; y para los ponentes es más fácil participar: pueden no tener tiempo para ir a una ciudad, pero si para una videollamada.
Finalmente, una conferencia virtual permite crear un producto, con su grabación, que se puede seguir compartiendo en momentos posteriores.
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